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OTROS 8M QUE CELEBRAR

Hay gente que  desearía fervientemente no tener que celebrar el puñetero 8M, Día Internacional de la Mujer. Por lo menos de la forma actual que, en realidad, consiste en exhibir en pantalla grande y a todo color , una enorme injusticia que la sociedad fomenta y tolera . La que se comete además contra la mitad de la Humanidad desde el principio de los tiempos. La que convirtió a las mujeres en el “sexo débil”, imprescindible para la procreación y para los cuidados que garantizaban la supervivencia de la especie. Y de paso,  a los hombres en el “sexo fuerte” , héroes garantes del sustento  a jornada completa y sin opción a desfallecimientos.

Quizás parezca un análisis trasnochado y superado por la realidad, pero se confirma viendo  como el derecho al aborto, que no es otra cosa que el  derecho de las mujeres a decidir sobre su cuerpo y su maternidad, es cuestionado de forma permanente, siendo caballo de batalla de quienes abominan de la igualdad entre mujeres y hombres aunque tal cosa no figure en su programa electoral.  De  hecho, hubo que cargarse a todo un Ministro para abrirle camino en España. De hecho,  Francia acaba de blindar este derecho en la Constitución para evitar retrocesos intolerables que perviven siempre amenazantes. Pero es que  permitir que las mujeres decidan , elijan, siendo,  en definitiva,  dueñas de sus vidas resulta enormemente peligroso, al darles un poder que otros tenían sobre ellas  y es vital para la especie.

Seguimos en los mismos charcos, a pesar de los siglos de  coexistencia no siempre pacífica, viendo que  los cuidados, imprescindibles para evitar la extinción de la especie,  siguen estando asignados a las mujeres por mandato  social, impuesto por un mensaje cultural tácito y sutil,  que las hace responsables en completa soledad. Siguen siendo ellas las cuidadoras, las domésticas, las que mejor hacen la cama y limpian el WC, dotadas en exclusiva de las cualidades que permiten el mantenimiento de la vida. La empatía, la capacidad de sacrificio o la resistencia son cualidades que, al parecer,  les tocaron a ellas, en monopolio absoluto. Y siendo las mejores,  nadie debe pensar en sustituirlas.

Claro que el 8M es también la proclamación orgullosa y sin complejos del camino recorrido por las mujeres  desde las cuevas y las cocinas a las que estaban destinadas únicamente en razón de su sexo.  Y ciertamente hoy se viven  realidades muy diferentes en los espacios de trabajo, en el ámbito doméstico o las esferas  de la cultura o del ocio. El poder ya no puede excluir sistemáticamente a las mujeres, aunque tampoco se lo ponga fácil. El mundo laboral no ha tenido más  remedio que asumir la presencia de las mujeres,  aunque siempre valorando a la baja  sus condiciones laborales e intentando acotar sus espacios. La corresponsabilidad, la distribución equitativa de los cuidados, la racionalidad de los usos del tiempo, siguen de realidad incierta pero  enuncian  una pretensión que antes ni siquiera existía. La violencia permanece pero ya no es invisible y soterrada.

Quizás un retrato sin  triunfalismos  les puede servir a algunos  para desacreditar de un plumazo la lucha sacrificada y anónima de muchas   mujeres y  hombres por la igualdad. Pero se equivocan. Porque a día de hoy, lo que ha quedado demostrado es  que la igualdad es el camino, el factor de permanencia y supervivencia, la herramienta que garantiza un futuro abierto donde se pueden resolver los conflictos autodestructivos que proliferan cada vez más. Luchar por la igualdad nos ha traído hasta el presente que hoy vivimos, donde incuestionablemente queda mucho por hacer  desde  una situación mejorada y sin ninguna duda, mejorable.  

Por eso, siempre valdrá la pena celebrar el 8M, Día de las Mujeres para poner en valor el esfuerzo y la inteligencia de quienes consiguieron convertir las injusticias y abusos sufridos por las mujeres en vergonzosos recuerdos de imposible repetición.

SINRAZONES PARA LA DESIGUALDAD SALARIAL

Esta semana es el día de la Igualdad Salarial y se descuelgan los sindicatos como CCOO  con sesudos estudios que demuestran sin lugar a dudas que las mujeres cobran menos por realizar trabajos de igual valor. Pero quien lee los estudios en este país? Casi que nadie porque es  más fácil cuestionarlos de entrada desde la sensación absolutamente subjetiva y errónea de que a estas alturas  en un país moderno y civilizado como el nuestro, esto NO puede pasar.

Pero pasa. Lo dice la EPA que no es sospechosa de afiliación sindical y mantiene año tras año que del análisis de la tozuda realidad, guste o no guste, se desprende que ellas cobran una media de 4300 euros menos de salario medio. Un 18,6% que no es nada despreciable.

Y las razones las dan los Sindicatos, centrándose en tres razones fundamentales e incuestionables, porque también se apoyan en datos estadísticos de los que no se cocinan ni se prestan a interpretaciones sesgadas. Aunque siempre hay alguien que conoce a alguien que es mujer y cobra un pastizal y de ahí generaliza alegremente. O también quien opina que las mujeres se han vuelto demasiado reivindicativas y protestan por costumbre y tradición sin que haya razones que lo sustenten. No hay peor ciego, que el que no quiere ver.

Son tres las razones fundamentales de esta injusticia tan flagrante como antigua.

Primero, las mujeres soportan mayores tasas de trabajo parcial, ocupaciones sólo de algunas horitas para cobrar un poquito. Falta decir, que así es , no porque quieran sino porque no tienen otro remedio para atender sus otras y numerosísimas responsabilidades. Cómo si no , con los caóticos y absurdos horarios de este país, se podrían atender los horarios escolares, extraescolares, postescolares y demás? Solo si trabajas a media jornada por lo menos hasta que no se descubra el don de la ubicuidad. Solo si eres mujer y es tu obligación, aunque tal cosa ya no se diga en voz alta aunque permanece escrito con letras de oro en la conciencia social colectiva

Segundo porque en las nóminas aparece el sueldo base acompañado de diferentes complementos que premian determinadas características del trabajo desempeñado. Y que casualidad que la mayoría de estos complementos premien rasgos habituales de los trabajos que realizan mayormente hombres (esfuerzo físico, penosidad, nocturnidad…) frente a cualidades que se precisan para trabajos de mujeres (atención, precisión, resistencia….) que por lo que se ve no merecen ningún reconocimiento y reflejado en la nómina.

Por último y no menos importantes las mujeres como media, aunque existan las  correspondientes excepciones , cobran menos  salario en cálculo anual, porque más del 80% de las excedencias por cuidado de hijos e hijas las “disfrutan” ellas al igual que las reducciones de jornada que también se llevan otro pellizco. Lo tienen así mucho más difícil para ocupar los puestos mejor retribuidos y que también conllevan mayor responsabilidad y disponibilidad. Pero alguien tiene que estar en casa a la hora de bañar a las criaturas.

Soluciones las hay. Y de hecho , la aplicación de algunas de las medidas sindicales propuestas han reducido la brecha de forma manifiesta pero insuficiente. Acabar con la parcialidad femenina, valorar justamente los requisitos asociados a los  trabajos que realizan las mujeres, elaborar y aplicar planes de igualdad en las empresas son algunas de ellas. Y sobre todo avanzar en la conciliación y la corresponsabilidad que quiere decir  erradicar definitivamente la peligrosa, ancestral e interesada idea que viene muy bien a algunos, de que las mujeres son las reinas de la casa, garantes del bienestar doméstico porque esa es su mejor opción, para la que están mejor dotadas y que por supuesto no tiene precio. Ni salario, claro.

SIN PANTALONES

El hombre atravesó la concurrida terraza del bar a pasitos cortos con los pantalones bajados. Dejaban ver unos calzoncillos amplios a pesar de que se agarraba con la mano sana la cinturilla del pantalón que al parecer, se le había desabrochado.  Pero lo tenía difícil lidiando al mismo tiempo con el bastón y la gorra. 

Se le veía confuso, entre avergonzado y cabreado. Impotente. 

Dos mujeres mayores lo miraron sobresaltadas. Una pareja joven hizo gestos de extrañeza. Una joven madre con su criatura al brazo, lo miraba con pena 

Pero fue un chaval veinteañero, con tatuajes en el cuello y anillo en la oreja quien se acercó a él y con toda naturalidad, con respeto pero sin dramas,  le propuso echarle una mano porque parecía que le  hacía falta. 

El viejo lo miró, primero hostil, luego desconfiado, al final solicitando con la mirada lo que no sabía trasladar con palabras, y aceptó su ayuda. Dieron la vuelta a la esquina, fuera de la mirada colectiva y al poco aparecieron, charlando y sonriendo hasta que chocaron puños a iniciativa del joven y se separaron.  

El hombre mayor llegó a su casa con el corazón contento, aunque ya no se acordaba exactamente de porqué. El chico se puso los cascos y siguió escuchando su música, extrañamente alegre también.  

Resumen exprés del verano 2023

El verano ha sido sabrosón. Empezó con aquellas elecciones de infarto que ya parecen lejanas, pero cuyas consecuencias todavía estamos digiriendo con la aparición en escena de personajes y personajillos bastante predecibles en sus acciones y omisiones. Ha acabado con la sensacional victoria de las deportistas españolas en el Mundial Femenino de Fútbol que no solo ganaron el partido sino que también se han enfrentado a un Presidente de la Federación que demostró públicamente quien era, sin filtros ni disimulos, generando un rechazo social que lo pondrá en su sitio.

En el contexto más cercano de nuestra ciudad, también hay temas que, casi en los mismos términos,  se repiten verano tras verano .

Por las altas temperaturas, Xàtiva ha sido calificada de  horno, brasa, infierno y otras lindezas, aunque todo sea insuficiente para convencer a los negacionistas del cambio climático desde la burda ignorancia o desde el interés ilegítimo. Tampoco son adjetivos que hagan demasiado atrayente la visita a la ciudad, aunque a pesar de eso vinieron muchos turistas. Nunca los suficientes pero siempre los necesarios. Interesante la reflexión sobre el tema recientemente publicada por @PuriMascarell.

En relación a la Fira, ninguna novedad, a pesar de ser una Fira “postelectoral”, que siempre parece un poco improvisada. Ha sido la de costumbre, más allá de la deserción del “Hombre del Bigote”  y de la baja causada por  23 paradas, compensadas por una gigantesca noria y un montón de papeleras nuevas. Pero cayeron 82 fartons en el glorioso y elegante concurso de comedores de ídem y las autoridades políticas en su visita habitual hicieron jugosos anuncios que se cumplirán,  o no.

El nuevo Ayuntamiento en verano,  ha mantenido la usual costumbre de dar difusión a  las contrataciones realizadas al amparo de los diferentes programas y subvenciones. Lo hace con esa repetida foto que chirría bastante, en la que varios concejales de la corporación, desde la superior altura que les proporciona el escenario municipal,  “dan la bienvenida” a las nuevas personas contratadas que las observan desde abajo, sentadas en las gradas. No hay sonido pero la escenografía resulta un poco rancia.

Con todo, durante estos meses estivales ha habido períodos “aburridos” donde han ocupado espacio las consabidas noticias sobre perros que se escapan o muerden o ambas cosas a la vez. También emocionantes relatos de jabalíes destrozones que arrasan  campos y jardines.  Y se han mantenido las incidencias habituales en materia de ramas que caen y reventones de agua, temas recurrentes a pesar de críticas y denuncias.

Ha habido  personajes con nombre propio que merecen ser recordados. Empezando por Luz Casal, cuyo concierto pasará a la historia porque quienes asistieron pertenecen a un selecto grupo de gente con mucha, muchísima suerte. Pasando por Judith Tortosa, campeona mundial de atletismo adaptado. Y  sin olvidar a Cáliz Vila, mujer hecha de pasión y reivindicación que se fue este verano de la ciudad que tanto quería.

Se han producido buenas noticias como el aumento de tres a cinco especialistas en el Servicio de Neurología del Hospital LLuis Alcanyiz, aunque siguen siendo insuficientes para atender a cerca de 200.000 personas. Y se han podido vivir experiencias demoledoras, como pasar la ITV en Xàtiva tras más de cinco de horas de espera a pleno sol. Por desgracia, se han puesto de moda actividades claramente delictivas e insolidarias como defecar en las piscinas públicas provocando su cierre cuando más falta hacían o visitar cementerios con oscuras y sacrílegas intenciones.

Pero lo peor, sinceramente, es el asesinato durante estos dos meses,  de 15 mujeres por sus parejas o exparejas, la más reciente en Alzira. De eso, nunca se habla lo suficiente.

No, no se acabó.

No, no se acabó. Ya nos gustaría a nosotras y a muchos más. Encantadas de que hiciera mutis por el foro tanto descerebrado machista que no entiende ni entenderá el fondo de la cuestión que es  mucho más que una anécdota. Es la manifestación pública y descarnada del poder que el sistema patriarcal otorga a los hombres sobre las mujeres.

Preocupante pero poco sorprendente que el mundo del fútbol, tan chillón y ruidoso,  permanezca tan silencioso. La mayoría de los jugadores , clubes y medios de comunicación, excepto honrosas excepciones , están tratando de no mojarse,  a la espera de acontecimientos, para determinar si es tormenta de verano o tsunami destructor.

Indignante que la  selección masculina, por su valor simbólico  y los grandes patrocinadores – 21 grandes empresas en total, cuyo soporte económico es esencial-  sigan empeñadas en presentar su peor perfil, el de la cobardía y la falta de compromiso con la igualdad. Solo tres de estas empresa, Iberdrola, Iberia y Renfe han manifestado con la boca pequeña su solidaridad con  las deportistas, aunque sin pedir dimisiones ni cuestionar su apoyo.

Demasiada gente callada, para parecer más guapos y menos cómplices. Hay otros que hablan demasiado, dedicados plenamente a la intoxicación, a la manipulación, a la demagogia. También mucha gente que se esfuerza en explicar, argumentar  y demostrar señalando, sin dudas, a culpables y víctimas. Y sobre todo una inmensa mayoría social cuyo dictamen es inapelable y se puede llevar por delante a toda una Federación de Futbol anclada en la misoginia y la discriminación.

Entonces, se acabará. Por lo menos, este capítulo vergonzoso y delirante, aunque habrá que seguir escribiendo con renglones bien rectos, el libro de la igualdad.

Brindis para una boda

Tras la celebración de una boda por el rito católico, surgen interrogantes de diversa índole. Si ha sido por el rito católico, la escenografía impone, aunque todo huela un poco a naftalina. La liturgia ejerce un efecto sedante, aunque causa una extraña sensación, como de teatro arcaico y obsoleto. Chirría demasiado oír al oficiante mencionar a la muerte como única causa de disolución del contrato desde el convencimiento de que sólo el amor debería ser el factor imprescindible para la existencia y la permanencia de las parejas.
Claro que previamente habría que pactar la definición del término, porque todavía demasiada gente cree que el amor es oír sonar los violines de forma continua e ininterrumpida con el volumen suficiente para apagar los ruidos, las broncas y lágrimas , que suelen poblar la vida de cualquier pareja. A menos que sean Sam y Molly la pareja de Ghost, tan amorosos ambos, aunque jugaban con ventaja siendo él un fantasma. También hay quien entiende el amor como una tarea titánica en la que una se empeña con tozudez , sean cuales sean los sacrificios o cesiones hasta llegar si hace falta a la autoanulación como David el gnomo y Lisa su señora, a la que nunca se escuchó hablar.
Las relaciones amorosas duraderas están llenas de agujeros, de remiendos y zurcidos, de avances y retrocesos, de éxtasis y batacazos. Se basan en la generosidad, que no es lo mismo que la renuncia, en la sabiduría que no es lo mismo que la inteligencia y cuentan como elemento indispensable con el sentido del humor, lo que no quiere decir que su vida sea un chiste permanente.
Tampoco hablar de contratos ayuda a construir esa relación que siempre debería ser voluntaria, de libre elección, sin plazos, ni términos fijados. Ningún documento escrito ,a pesar de las firmas que lleve, debería ser capaz de obligar a nadie a permanecer con quien no encuentre la felicidad. Otra cosa son los acuerdos íntimos y personales, los pactos tácitos de respeto mutuo, de sinceridad y de apoyo incondicional que quieran suscribir los integrantes de la pareja.. Pero eso no interesa a nadie más que a ellos.
En resumen , nada que objetar a una celebración festiva que siempre viene bien. Que además es útil para comunicar al público asistente la felicidad existente o para presentar a la persona elegida. Que da excusa para la música y el baile, para engalanarse como árboles de Navidad, para huir de la rutina. Para zampar hasta reventar que es una afición nacional indiscutible y beber como si no hubiera un mañana, o mejor para olvidarlo, dada la resaca que traerá.
Que vivan los novios, mientras que así se sientan, que ojalá sea toda una vida. O incluso varias. Si procede, que sigan su camino cada uno por su lado, en paz y sin mirar atrás, con la mochila cargada de buenos momentos. Pero que no se conformen nunca con vivir en el silencio y la oscuridad , en la tristeza solitaria y la insatisfacción permanente. Ese sería el mejor brindis que nunca se pronuncia.